Mijaíl Bulgákov (Kiev, 1891 - Moscú, 1940)
Fragmento de Corazón de perro (Galaxia Gutemberg, Barcelona, 1999)
El instrumento brilló en las
manos del mordido como si fuera un prestidigitador. Filip Filípovich las
introdujo en las entrañas de Shárik y en unas cuantas maniobras arrancó de su
cuerpo las glándulas genitales. Bormental, completamente empapado de sudor por
la excitación y el esfuerzo, se lanzó hacia un frasco de cristal del que
extrajo otros genitales mojados y colgantes. En las manos del profesor y del
asistente empezaron brincar y a enroscarse unas cuerdecillas cortas y húmedas.
Tintinearon intermitentemente las agujas curvas con las pinzas y cosieron los
nuevos testículos en el lugar que habían ocupado los del perro. El sacerdote se
apartó de la herida, la tapó con una compresa y ordenó:
—Doctor, cosa inmediatamente la
piel. —Después miró el redondo reloj de la pared.
—Lo hemos hecho en catorce
minutos—dijo entre dientes Bormental y clavó la aguja en la flácida piel. Después
de esto se agitaron como unos asesinos perseguidos.
—¡Bisturí! —gritó Filip Filípovich.
El bisturí saltó a sus manos como
por encanto, y el rostro de Filip Filípovich adquirió un aspecto terrible. El
rictus le hizo mostrar sus dientes de porcelana y de oro, y de un solo trazo
dibujó en la frente de Shárik una corona roja. Retiraron la piel afeitada como
si fueran salvajes cortando cabelleras. Dejaron al descubierto el cráneo…
(Traducción de Ricardo San Vicente y Salma Ancira)
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