Poema de Tiranos temblad (Premio de poesía José Lezama Lima, Casa de las Amércias 2013)
EVA Y LA LLAVE
Eva Perón llevaba siempre, atada al cuello, una llave.
Cuando los militares secuestraron su cuerpo embalsamado, en su
pecho, clandestina, hasta Italia, la llave viajó con ella.
La llave estuvo enterrada mucho tiempo, en la sombra, crió
moho, musgo, rumores.
¿Qué abría esa llave?
Dicen que la puerta de incalculables tesoros, dicen que nada más
que un costurero donde se conservaba un alfiler de punta de perla
natural, no de cultivo, que la Duarte amaba mucho.
Eva misma, el cadáver, era una llave.
Abría y cerraba puertas.
Más que Perón. Mejor que Perón.
Pero aquella llave de bronce atada al pecho del cadáver aún
arroja dudas:
¿Dónde está?
¿Qué hizo el gobierno militar con ella?
Ernesto Sábato, al preguntársele, declaro:
"No sé nada, de ninguna llave. Sólo sé que Eva era peronista, más
que Perón, mejor que Perón.
No puedo decir nada más".
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