jueves, 23 de agosto de 2007

UNA MUY BUENA PESCA

Tengo una fascinación por el poema libro. Lo busco, lo leo, lo trato de escribir. Hay una serie de características en algunos de esos libros que me atrapan: una atmósfera sostenida por un tiempo extenso, un hilo que va uniendo los poemas para darnos la imagen completa en cuanto a la necesidad del poema, y por supuesto y ante todo, ese ingrediente particular que lo hace poesía y que afecta la forma en que veo el mundo.
Hace poco fui de pesca al DF y entre los peces encontré un libro de Loïc Herry un poeta francés que vivió de 1958 a 1995, un poeta desconocido para mi y por lo que he preguntado para muchos mexicanos. Una vez me dijo un maestro que como no se puede leer todo es mejor ir a lo seguro. Estoy de acuerdo con él en cuanto a que hay tanto que leer que como lectores tenemos que elegir. Sin embargo, es importante lanzarnos a veces a lo desconocido pues de ahí pueden surgir encuentros importantes. Así me pasó con Oeste o Ouest del francés que mencionaba.
Llegué a la librería en busca de una novela oriental que también compré y que ya comentaré, pero en el camino pregunté por los libros de Mantis Editores, quería ver el diseño (asunto que explicaré en otro momento). El caso es que me encontré con varios libros con un diseño muy bello, me parece: media cuartilla, forro color hueso, papel con textura, letras resaltadas color metálico en el título, muy sobrio, y repito, muy bello.
Me alcanzaba para comprar un solo título así que escogí casi a la suerte a Herry.
Ouest está traducido por Gabriel Martín, que dicho sea de paso, tampoco conozco. Se trata de un poema libro dividido en cuatro segmentos. Los versos son de largo aliento y ocupan, casi todas las fracciones, la mitad de la caja. Aunque la obra debe guardar una distancia con su creador parece imposible no señalar que Herry es nacido en Cherbourg, ciudad ubicada en Normandía. Y digo esto porque en el poema se citan puertos y ciudades de esa zona, digo esto porque la fuerza del océano acompaña muchas de las imágenes que se presentan, digo esto porque sin duda el poeta no hubiera escrito este libro de haber vivido en otra parte.
Un elemento que le imprime fuerza al poema es la presencia de un sentimiento parecido a la saudade de los portugueses. Hay una nostalgia por lo perdido en medio de una atmósfera marítima que incluye marineros, gaviotas y naufragios. Hay también una isla que a veces hombre a veces tierra. Recordemos que los portugueses, a pesar de ser parte del continente, han permanecido un tanto aislados de lo que ocurre en el resto de Europa. Las características geográficas de Normandía la emparientan con Portugal, gran parte de su extensión le da la cara al mar. Hay también la presencia de una herencia francesa en su escritura, una cita de Flaubert de Madame Bobvary, es la más obvia pero aparecen otros hilos que nos llevan en otras direcciones.
No se puede decir que el poema tenga una línea narrativa pero si hay un recorrido, un movimiento en donde el autor se cuestiona su paso por la vida. Loïc Herry nos deja con un final en donde nos encontramos con la presencia de la ausencia que por supuesto, ademas de la saudade, nos remite a los poetas cubanos de Orígenes.
Habría muchas otras cosas que decir de este libro, ojalá lo lean y me digan si difieren o comulguan con mi opinión. Sin duda fue muy buena pesca.

Felicidades a Mantis editores por publicar este libro.

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