domingo, 31 de octubre de 2010

EL LINCE

Hizo un boceto en opalina,
dos cuerpos en blanco y negro.
Trabajó el sombreado afilando los rostros,
dando curvatura a los músculos, a la entrepierna.

En algún momento juntó materiales:
hojas, cáscaras, trozos de piña.
Leyó varios manuales.
Con la cinta calculó
las extensiones de las partes más sensibles,
más delicadas.

—La mesa estaba puesta—.

Pero cuando llegó a la frontera,
al preciso lugar entre la piel y la pulpa,
cuando estuvo a punto de morder,
los meses de preparación y las teorías
fueron disueltos por la mirada de un lince
que al salir de su gruta
aceleró el paso,
alargó su cuerpo
hasta ser alcanzado por la flecha.

2 comentarios:

noek izardui dijo...

Como estas Gabriela? Me da un gusto enorme saber que puedo encontrar poemas tuyos en este sitio,soy noek izardui,te conocí en persona en el encuentro de escritores, preguntándote por si eras precisamente quien eres. te mando un abrazo enorme y espero poder leer mas de lo que haces. saludos. Acá te dejo mi blog para que leas lo que yo hago ojala te guste.

gabriela cantú westendarp dijo...

hola. gracias por visitar mi página. veré tu blog. saludos.