miércoles, 2 de marzo de 2011

Poema sin título

Ni el final del invierno, ni la música que antes escuchaba, ni el té a media tarde, ni el sueño que me toma por sorpresa, ni el agua caliente sobre el cuerpo, ni el color rojo del geranio, nada me alivia.

3 comentarios:

noek izardui dijo...

Este poema,es el segundo que percibo en una noche,en donde parece ser que la nostalgia o el vació avecina,y truena sobre nuestros espasmos sedientos de paz. ¿Es posible que todo lo que aliviaba ahora haga daño?
¿ Podrían ser ahora otras tácticas de alivio no visibles ante la necesidad de buscar?

saludos Gabriela,un abrazo infinito.

Anónimo dijo...

Bello poema. Por desgracia la lista de cosas o momentos que antes nos aliviaban, y que ahora no pueden hacerlo, comienza a crecer hasta el infinito. Saludos desde Tampico, Gabriela.

gabriela cantú westendarp dijo...

gracias por sus comentarios. saludos, g.