POR MUCHO TIEMPO al uno le siguió el dos,
al final siempre estaba el mar,
después de las pesadillas llegaba el día,
a los perros les daba por ladrar
y los gatos,
en el regazo de las niñas,
ronroneaban;
ese parecía ser el mundo,
la realidad, el vida.
Yo aún no te conocía.
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