martes, 9 de octubre de 2007

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Y entonces vi cómo sacaban la mesa, las sillas de forro verde, la lámpara apagada, el bastonero de mi padre, el cuadro de las flores, todo corría por el pasillo, los cuchillos, las cacerolas, todo se lo llevaron; estuve varias horas sentada en un sillón viendo el vacío que cada vez era más grande.

1 comentario:

Pedro M. Martínez dijo...

Entiendo perfectamente este post.
Refleja lo que me ha ocurrido en los últimos días.
Mi padre falleció el día 22 de septiembre.
El vacío es atroz, doloroso, imposible de llenar.
Y solo ha pasado un mes.
Te abrazo.