lunes, 1 de octubre de 2007

Un bocado

(a Katia Carranza por su soberbia interpretación de Giselle)


Giselle está cansada. Le duelen los pies, sobre ellos giró toda la noche. Acomodó su cuerpo nuevamente en la caja y otra vez se quedó extrañando a Albretcht. Ahora sueña y con una linterna se adentra en el tórax de su amado, alumbra sus partes, es hermoso; con una lima le corta un pedazo del ventrículo derecho del corazón, abre la boca muy grande, se lo come y duerme.

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