jueves, 6 de marzo de 2008

DE BUZOS Y ARQUEÓLOGOS

Es cierto que vivimos en una época de reciclaje. Hace poco me decía un poeta uruguayo que esa repetición, ese reciclaje que se presenta en todos los ámbitos de la vida moderna, está presente también en el lenguaje. Ya se ha dicho antes, “todo está escrito”. El problema del reciclaje en las letras no está en el metalenguaje o en la intertextualidad, no; al fin y al cabo tenemos derecho a tomar de nuestra tradición lo que nos convenga. El problema está en la prisa, en las cosas hechas de plástico y al vapor, en las copias, en lo que no aporta nada. El problema está en la falta de buzos y de arqueólogos. En la falta de la adquisición y el empleo de las herramientas necesarias para cincelar el signo, o encontrar las especies en extinción en el fondo de las aguas. En una sola frase: el problema está en el escaso ejercicio de la crítica.

Recientemente leí “La otra invención, Ensayos sobre crítica y literatura de América Latina” publicado por el CONARTE de Nuevo León en el 2005. Este libro reúne siete ensayos escritos por Víctor Barrera Enderle (Mty, 1972). Si bien Víctor retoma el camino andado por otros críticos latinoamericanos, en todos los casos aclara su posición y aporta un enfoque personal del problema. Es ahí donde están su cincel y su tanque de oxígeno.
De los siete ensayos que conforman el libro quiero resaltar dos que me parecen muy importantes (como regiomontana que soy) y que considero debieran ser más difundidos. Me refiero a, “De literatura nuevoleonesa y otras ficciones” y a “Un problema de crítica regional en México: Modernidad y crítica literaria en Nuevo León”. En estas piezas se hace una lectura del terreno literario en Nuevo León; más, se hace una denuncia ante la pobre vida literaria en el estado.

En Nuevo León no ha habido campo literario como tal porque han faltado la difusión de la discusión crítica, la historiografía literaria con sentido crítico, la opinión pública, la polémica y la actividad editorial, esto es, ha faltado un repertorio de valores, fechas, movimientos y gustos literarios representativos de un grupo hegemónico que hicieran las veces de paradigma y contra el cual se levantaran los textos, sea para negarlo o para reafirmarlo. (p. 53)


Ahora bien, como el doctor es creyente del signo, hace un rescate en el fondo de las aguas regiomontanas: ahí entre las especies en extinción, las figuras de fray Servando Teresa de Mier y de Alfonso Reyes como piedras angulares en el terreno de la crítica y la reflexión literaria en la ciudad. Cómo visualizar las letras regiomontanas dentro del desarrollo literario del país, cómo establecer vínculos entre otras literaturas y la nuestra. Cuidado, nos dice, el mar es inmenso y no todas las corrientes son iguales, ni debieran serlo. El autor sugiere hacer una lectura descentralizada para revisar los procesos discursivos literarios y entonces hacer una confrontación con las literaturas nacionales. Es necesario trasladar la discusión del terreno de los alegatos localistas al espacio de la reflexión productiva. (p.86)

Para terminar esta breve reflexión me gustaría resaltar la luz de las “Notas sobre literatura, Crítica y Globalización en América Latina”. Víctor discurre sobre las literaturas fundacionales en América y se apoya en el concepto de la “inteligencia americana” de Alfonso Reyes. Los seis fragmentos operan como conclusión o cierre del libro. Me fue imposible no conectar ciertos vasos con los dos ensayos que ya mencionaba (supongo que tiene que ver con mis propios procesos de búsqueda). Pienso en mis derechos y obligaciones por uso de suelo y de signo. Hay que hacer una lectura del pasado para poder llegar a un nivel de reflexión más profundo. Este libro ofrece un acercamineto en ese sentido. Pienso en un crisantemo.

(Un libro es tan nuevo como su nuevo lector. Felicidades a Víctor.)

1 comentario:

Víctor Barrera Enderle dijo...

Te agradezco enormemente la lectura y los comentarios, querida Gaby, son muy importantes para mí; tal como dices, la lectura es un diálogo sin tiempo (una forma de alargar eternamente el presente), y esa es la mejor recompensa para toda publicación. Un gran abrazo, Víctor