martes, 11 de marzo de 2008

¿Para qué seguir escribiendo? ¿a quién le importa?

Porque la creación, aun en un universo indiferente, es una especie de redención práctica en la que el agente transformador se transforma a sí mismo aunque el mundo que ha querido cambiar siga igual. Antes que nada la creación es alegría, pero también arma y consuelo. (p. 112)
(Saer, J, La Narración-objeto, Seix Barral, Argentina 1999)

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