jueves, 24 de abril de 2008

UN PRODUCTO EXACTO

Si bien el estudio de las letras no es una cuestión de ciencia exacta, ni se pueden emplear fórmulas para obtener un producto, si podemos decir que algunos textos arrojan resultados exactos. Tal es el caso de “Cartucho” de Nellie Campobello. Un texto que violenta, entre otras cosas, el tiempo para contarnos una historia.

Para efectos de este breve ensayo seguiré algunas ideas de Tzvetan Todorov en cuanto a los tiempos literarios. Abordaré la materia desde tres perspectivas. La primera es el tiempo de la enunciación, la segunda el tiempo narrativo, y la tercera la de la lectura.

Cartucho fue publicado en 1931. Es una “novela” cuyo espacio histórico-narrativo es la Revolución Mexicana. La autora era apenas una niña de 11 años cuando, en Parral, Chihuahua, vive en carne propia experiencias con pistoleros y muertos. Nótese que fue escrita años después de los hechos. La autora tuvo que hacer un ejercicio de memoria para traer del pasado el material literario. Cualquier persona puede hacer un ejercicio de esa naturaleza pero aquí lo importante es: qué hace ella con esos recuerdos y emociones. En sentido estricto todo acto de escritura demanda un ejercicio de memoria pero es obvio que no todos los ejercicios arrojan el mismo resultado. Al traer al presente de la enunciación ese material literario, la autora, quizá por accidente fue construyendo fragmentos de algo que más tarde se convirtió en “Cartucho”. En el “Prólogo a mis libros” de la “Obra reunida” ya nos dice bajo qué circunstancias escribe esta novela. De manera breve comento que un elemento decisivo fue el contacto con escritores y artistas en el extranjero que muy poco sabían de los hechos ocurridos en México durante el periodo revolucionario. Sin embargo, más allá de un deber social-moral con su patria, me parece que Nellie, tenía que saldar una cuenta consigo misma. Es evidente que en sus maletas llevaba una carga que necesitaba ser liberada. El cómo esta carga se libera es lo interesante en este cuento.

Se sabe que la autora tenía un contacto muy fuerte con la música, la danza y la plástica. Pienso en una taza de café cuya mezcla proviene de granos de diversas tierras. Sin duda estos elementos mezclados influyeron en el trato que Nellie le dio al tiempo narrativo.

Todorov nos expone algunas ideas sobre la materia. Nos habla del encadenamiento que consiste en yuxtaponer diferentes historias: una vez terminada la primera se comienza la segunda. La intercalación que es la inclusión de una historia dentro de la otra. En ambos casos la coordinación y la subordinación juegan un papel fundamental. Por último, la alternancia que se refiere a contar dos historias simultáneamente, interrumpiendo ya una, ya la otra para retomarla en la interrupción siguiente. Esta última forma, nos dice Todorov, es la más alejada a la tradición oral.
Ninguna de estas formas nos dice qué ocurre en “Cartucho” con el tiempo. Para explicar lo que ocurre con el tiempo narrativo describiré la arquitectura del libro.

“Cartucho” está dividido en tres partes: Hombres del Norte, Fusilados y En el fuego. Cada parte a su vez está dividida en fragmentos, cada uno lleva un subtítulo. Los fragmentos llevan una carga predominantemente descriptiva. En momentos pareciera que nos presenta una fotografía de cada personaje. Sin embargo, la imagen tiene movimiento, hay un recorrido corto pero claro en cada parte.
“Cartucho no dijo su nombre. No sabía coser ni pegar botones. Un día
llevaron sus camisas para la casa. Cartucho fue a dar las gracias. “El dinero
hace a veces que las gentes no sepan reír”, dije yo jugando debajo de una
mesa.” (p.95)

En el mayor número de casos, el pequeño relato, sigue la forma de círculo: termina en el mismo lugar en que comienza. A través de esas circunferencias el tiempo va y viene pero no para, es continuo. Es como si una grieta se abriera en esa línea que llamamos tiempo y ahí dentro las unidades fueran contadas de otra manera.
Una vez que la circunferencia se dibuja se pasa al siguiente relato. No se trata de un encadenamiento, de una intercalación o de una alternancia. Se trata de un nuevo círculo que se abre para describirnos a alguien y brevemente relatarnos un desplazamiento que siempre termina en la muerte. Como ya decía no hay un orden cronológico lineal pero si hay una relación entre los personajes, al menos entre algunos de ellos. Es algo así como un álbum familiar de los miembros de la tropa o de los residentes y visitantes de la calle “Segunda del Rayo”. Pero estos retratos tienen una característica particular, tienen movimiento. Y además algo aún más difícil, tienen movimientos simultáneos. ¿Cómo es que se da esta simultaneidad? ¿dónde queda la voz narrativa? Recordemos que la voz es de una niña que nos platica pequeños anécdotas de las que fue testigo o que le fueron contados por su madre, una vecina o un tío. De esta manera es verosímil que hubiesen acontecido al mismo tiempo.

Para el orden de “Cartucho”, Nelly, se ciñe a la forma en que los personajes mueren, esto ayuda a la violentación temporal y a la simultaneidad. Me parece que la tecnología actual puede ayudarme a describir y entender este fenómeno. Supongamos que en una pantalla aparecen tantos recuadros como fragmentos tiene la novela. En cada uno ocurre un evento corto, en cada uno hay una ambientación de guerra, en cada uno aparece un protagonista que termina muerto; es como un cortometraje que al terminar vuelve a empezar. El espectador puede acercarse a la pantalla para ver cada recuadro, cada cortometraje, pero es muy importante que al final se separe lo suficiente para ver el cuadro grande. Se necesita ver la pantalla completa con todas sus partes ocurriendo simultáneamente. Quizá entonces se pueda ver la silueta de la niña que nos cuenta la historia.

Para terminar este trabajo retomo a Todorov. Ya decía que la última perspectiva que tomaría en cuenta sería la de la lectura. Lo que describí anteriormente me ayudará a explicar esta parte. Una novela será entendida de acuerdo al tiempo en que es leída. Los parámetros de la crítica y las impresiones de los lectores van cambiando de acuerdo a la época. Así la explicación que yo expuse sobre los recuadros en una pantalla grande sólo podría ejemplificarse así hoy en día. Antes se hubiera recurrido a la plástica, al teatro o una combinación de disciplinas.

Pienso y ya lo he dicho antes, que un libro es tan nuevo como su nuevo lector. Ahora bien, que un texto atrape y que su misterio no se gaste a través de los años eso es algo que sólo algunos logran. Hay obras que son exactas, no les falta ni les sobra nada, incluso sus imperfecciones son necesarias para dar el resultado. Su interpretación, por supuesto, podrá variar de acuerdo al lector, pero ahí está el producto: exacto porque funciona.




Bibliografía
1- Obra reunida, Campobello, N, FCE, 2007, Mex.
1- Análisis Estructural del Relato, Varios autores, Ediciones Coyoacán, 2006, Mex.

1 comentario:

Ismael Lares dijo...

cómo no apreciar y conocer la obra de nellie campobello. me ha gustado mucho tu texto, amiga. saludos!