miércoles, 1 de febrero de 2012

VLADIMIR NABOKOV (San Petesburgo,1899- Montreux,1977)



Fragmento de:

Pálido fuego (Anagrama, Barcelona, 2003)


Yo era la sombra del picotero asesinado
por el falaz azur de la ventana;
era la mancha de pulmón ceniza, y vivía,
volaba siempre en el cielo reflejado.
Y desde adentro también me duplicaba,
yo mismo, mi lámpara, la manzana en un plato:
corriendo la cortina, el vidrio oscuro
suspendía los muebles en la hierba,
¡Y qué delicia cuando una nevada
ese atisbo de césped ocultaba
y entonces silla y cama se posaban justo
en la nieve, fuera, en la tierra de cristal!

Retomar la nevada: cada copa a la deriva
informe y lento, opaco e inestable,
blanco mate y sombrío contra el blanco pálido del día
y abstractos alerces en la luz neutral.
Y después el doble azul gradual
cuando la noche une al que ve y a lo visto,
y en la mañana diamantes de la escarcha
expresan el asombro: ¿Qué espolonadas patas han cruzado
de izquierda a derecha la página en blanco del camino?


(Traducción de Aurora Bernárdez)

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