Aunque el frío no ha dejado caer su peso completo sobre la ciudad, últimamente he pensado en calcetines y franelas. Hace unas noches mi hija no podía distinguir entre el chorro de la regadera y las lágrimas que salían de la curvatura de sus ojos. —Encontrar nudos en las cuerdas vocales, sentir el vagido en el centro del estómago, el martillo inflamado o una incisión en los pulmones, es consecuencia de estar vivo— Entonces le puse unos gruesos calcetines, la envolví en un cobertor afranelado y lloramos juntas.
6 comentarios:
La frase es: Lloramos juntas, en compañía. Qué es entonces el frío, ante el acompañamiento. Un beso.
Estoy de acuerdo Ofelia: arropar el cuerpo y el alma con el Otro es lo que nos salva del frío.
=0
O como decía mi abuela: no somos nada (claro, eso lo dijo 80 años después de haber sido amante de Pancho Villa).
Òudi-Ló
y coincidir) no somos nada
pero el frío sirve de algo:
para usar calcetines
arroparnos
y llorar juntos
saludos amiga
Qué bien que existan el frío, y las regaderas, y los abrazos, y las cobijas, y sobre todo los amigos;
besos, Gaby,
dulce
gracias a todos por estar ahí...besos.
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