jueves, 8 de noviembre de 2007

Estoy muy cansada de tanto andar para todos lados. Solo ayer estuve en tres municipios de Nuevo León, haciendo no quieren saber qué. A veces me pregunto cómo me perciben mi familia y mis amigos —siempre tan de prisa, Gabriela—. Otras, me angustio por el peligro de que me venga una catástrofe, algo así como un desbordamiento del Grijalva. En momentos pienso que necesito una buenas y largas vacaciones. Por lo pronto creo que me voy a comer unas palabras…
Antes de irme les dejo unos versos, de Jorge Teillier, que gracias a Víctor B volví a leer hoy:

Pues lo que importa no es la luz que encendemos día a día,
sino la que alguna vez apagamos
para guardar la memoria secreta de la luz.


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