lunes, 28 de marzo de 2011

Sylvia Plath (Estados Unidos 1932-1963)


LA MOTA EN EL OJO


Limpia como la luz me vi mirando
los caballos: crin suelta, cuello curvo,
colas golpeando el verde
trasfondo de sicomoros. Golpeaba
el sol, reblanqueciendo los tejados,
conteniendo caballos, nubes, hojas.

Firmes como raíces, mas volando
hacia la izquierda cual mariñas cañas,
todos, cuando la astilla oscureció
mi ojo como una aguja. Yo veía
un caos de formas en la lluvia cálida:
caballos combos en el verde rápido,

raros como unicornios o camellos
paciendo al borde de una foto antigua,
bestias de oasis, de mejores tiempos.
La mota, requemándome, raspábame
el párpado: al redor de ella giraban
espiras, astros, bestias y yo misma.

Ni lágrimas ni fluidos alivios
ópticos derrotaban: aferróseme
durante una semana. Llevo ahora
un dolor incesante en vez de carne,
ciego a futuros y pasados. Sueño
que soy Edipo.

Lo que quiero de nuevo es lo que era
antes de que la cama y el cuchillo,
el alfiler y la pomada
me situaran en este paréntesis:
caballos volando en el viento,
lugar y tiempo fuera de la mente.


(Versión de Jesús Pardo)

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